“El libro que tienes en tus manos, querido lector, no es una biografía al uso. Beatriz es un proyecto infinitamente más ambicioso, que nace del amor y al amor conduce en cada una de sus páginas, más allá de la distancia y el tiempo, dimensiones por completo ajenas al espíritu inmortal que lo inspira. Beatriz es un canto coral a la vida, un tributo de gratitud por lo que su protagonista fue y representó en la existencia de quienes han querido rescatar su nombre del lugar luminoso que ocupa en sus respectivas memorias, pero es, sobre todo, un cálido abrazo de hermano impregnado de ternura infinita. Uno de esos abrazos en cuyo instante eterno habita la certeza de ser querido.

Yo no conocí a Beatriz, por lo que me resulta imposible contribuir a dibujar el cuadro de vivos colores que trazan de ella sus familiares, sus compañeros y sus amigos. El retrato de una mujer apasionada, valiente, hambrienta de experiencias, sedienta de alegría, que supo aprovechas cada día, cada momento, como si algo en su interior le advirtiera que debía apurar hasta el fondo, sin tardanza, su paso eterno y fugaz por este mundo que conserva de ella la huella imborrable que dejan las personas sabias y buenas.

He conocido a Beatriz a través de esa profunda importa, grabada a fuego en el alma de Fernando. Y si es verdad que nadie muere del todo mientras vive en el recuerdo de quienes le conocieron y amaron, Beatriz vivirá eternamente en el amor incondicional de su hermano, que ha transmitido ese amor a su hijos, lo proclama a los cuatro vientos con entusiasmo contagioso, hasta el punto de habernos embarcado a todos en la aventura de este homenaje, y lo regala a manos llenas con el empeño irrenunciable de hacer latir esa emoción en cada página de este libro y el corazón de cada lector.”

Isabel San Sebastián